Hoy hablaremos de algo que levanta pasiones para muchos de nosotros. Se trata de una marca en la que el motor en la parte de atrás la ha caracterizado siempre, además de sus seis cilindros horizontalmente opuestos. Efectivamente, hablamos de Porsche y su museo. Juan Pablo, estuvo allí hace unos días y nos va a narrar en primera persona lo que se siente al visitar un museo en el que podemos ver piezas tan emblemáticas como el Porsche 356A, el mítico 917K o los más recientes 911.
El museo de Porsche: El orden cronológico te hace viajar en el tiempo viendo todos los modelos de Porsche
Lo que más impresiona y llama la atención del museo es ver esa escultura de la que cuelgan un Porsche 911 de la generación 991, un Porsche Carrera SC y un Porsche 911 2.2. La obra creada por Gerry Judah, simboliza la trayectoria de 50 años en la marca de éste modelo.
Muchos lo sabréis, pero lo explicaremos desde el principio, a pesar que es el coche más emblemático, el 911 no apareció en el mercado hasta bien entrados los 60. Antes de todo aquello, Ferdinand Porsche se basó en el Volkswagen Kafer y creó el coche de sus sueños, el Porsche 356.
A partir de ahí se desarrollaron varios coches como el Porsche 550 Spyder, un modelo conocido también por ser en el que murió el actor James Dean a los 24 años de edad, y posteriormente el Porsche 718 RS Spyder.
En 1964, ocurrió esa revolución que falta le hacía a Porsche. Esa revolución se llamaba 911. Se trataba de un nuevo coupé totalmente rediseñado, con motor trasero y motores de 6 cilindros horizontalmente opuestos. El chasis G fue el primero en aparecer con motorizaciones que fueron evolucionando desde un 2.2L, pasando por 2.4, 2.7 y 3.2L. También hubo una versión más asequible llamada 912 con motores de 4 cilindros bóxer.
Paralelamente al desarrollo de vehículos de calle, Porsche consiguió hacer mucha historia en competición, sobretodo en resistencia y las conocidas 24h de Le Mans. La numeración de los coches de competición se adhirió al 911, de manera que derivaron de él; 904, 906, 908… Hasta el actual 919 Hybrid.
Entre finales de los 60 y finales de los 80, podemos afirmar con total seguridad que fueron 2 décadas consideradas “la época dorada” del automovilismo. Ahí fue donde todas las marcas desarrollaron sus vehículos de competición y posteriormente aplicación esas innovaciones en coches de calle. Porsche, podríamos decir que uno de los primeros gigantes que creó fue el 917. Se trataba de un coche de Le Mans capaz de alcanzar en la recta de Mulsanne velocidades de hasta 350km/h. Le faltaba tanto apoyo aerodinámico que la parte trasera del vehículo, a la alcanzar estas velocidades se despegaba del suelo por momentos. Su bóxer de 12 cilindros era poderoso, tanto, que en la versión 917/30 para las can-am series se atrevieron a turboalimentarlo. En su versión de 5.0L llegaba hasta los 630cv, hablamos de más de 100cv/L en el año 1970. En su versión turbo, llegaron a alcanzar los 1100cv, ¡Escalofriante!
Aprovecharon este tirón a final de los años 80, desarrollaron un coche para el Grupo C de Le Mans, el Porsche 962C. Fue una actualización del ya existente 956, con las nuevas partes específicas que el reglamento pedía, como adelantar el eje delantero, quedando por delante de la pedalera. Su motor bóxer, turboalimentado y “air-cooled“, le permitía llegar hasta los 350 km/h de velocidad punta. Una gran innovación es que el 962 con chasis 003 fue equipado por primera vez con una caja PDK automática de doble embrague. Recordamos, que estamos hablando del año 1986.
Llegamos al momento exacto cuando empezó la rivalidades con Ferrari. En 1989, el F40 se posicionó como el coche más rápido del mercado y Porsche quería mantenerse fuerte ante el gigante italiano. Su respuesta fue un proyecto desarrollado para el Grupo B de rally, y lo bautizaron como 959. Fue un supercar convertido en ensayo para saber lo que posteriormente iba a heredar el 911, como por ejemplo la mecánica bóxer biturbo y “air-cooled”
En la era moderna, Porsche ha seguido muy activa en el mundo de la competición, y desarrolló coches como éste que veis llamado Porsche RS Spyder. En 2006 y 2007, este LMP2 se llevó algunas victorias en su clase. Llegaron a evolucionarlo y a incorporarle inyección directa a su V8 de 3.4L. La potencia subió considerablemente hasta los 503cv.
Todo este camino le ha llevado a Porsche a hacer supercoches como el Carrera GT, para muchos, el último supercoche con personalidad, ya sea por carecer de controles, o por ser el último supercoche de cambio manual. Recordemos también que es peligroso ya que a bordo de un modelo de estos perdió la vida el actor Paul Walker, conocido por su aparición en la saga Fast & Furious. Hace 4 años, la marca de Stuttgart nos sorprendía con su nuevo supercoche, el 918 Spyder. Un modelo híbrido que en combinación de su mecánica eléctrica y de explosión, genera la friolera de 887cv de potencia. Sin duda un coche que ha marcado un antes y un después en la marca, y recordamos, que en los supercoches de Porsche, se ha visto reflejado lo que veremos en un futuro en sus próximos modelos.
Habréis visto que Porsche ha estado ligado siempre al mundo de el motorsport, ya sea Le Mans, Rally u otras disciplinas. Gracias a ellas han sabido innovar siempre siguiendo fieles a sus principios. Pocas marcas pueden presumir de esto, pero Porsche puede hacerlo.
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