A pesar de ser un gran amante de las competiciones automovilísticas y de conocerme una gran cantidad de los circuitos repartidos por el mundo… tengo que confesaros que por desgracia, aún no he tenido el honor de pisar muchos. Durante mi viaje a Londres decidí aprovechar uno de los días para romper esa mala racha y escaparme hasta el circuito de Silverstone.
Antes del viaje a Londres, justo cuando lo estaba preparando, hablé con Andy para saber si había algún evento en la fecha que tenía pensado ir. Me dijo que ese mismo fin de semana se celebraba la British Racing Sports Car Club, así que la cosa no podía estar más clara… Tenía que mirar cómo llegar a Silverstone desde Londres.
Cómo llegar a Silverstone y no morir en el intento.
El primer paso fue reservar un coche en Londres, concretamente un Vauxhall Astra, lo que viene a ser un Opel Astra en España. ¡Cuidado cuando con ahorrar unas pelas alquilando el coche…! Coged siempre el seguro que os cubra todo, aunque os tengáis que gastar 30 eurillos extras… realmente vale la pena si no os queréis llevar un buen susto (leed bien el contrato). Por suerte yo no tuve ningún percance, aunque tengo que decir que conducir por el interior de Londres es una locura… y más si tienes que sumarle la inexperiencia de conducir por el sentido contrario.
Llegar a Silverstone desde Londres fue toda una aventura. Para mí, alquilar un coche y circular por el lado contrario ya lo era, así que la emoción fue doble. Salí desde la estación de trenes de St Pancras International (allí recogí el coche sin problemas). Hice un recorrido de aproximadamente 120 kilómetros hasta llegar a Silverstone. El 75% del recorrido fue autopista, el otro 25% en carretera y ciudad.
En cuanto a la autopista, está minada de radares y continuos cambios de velocidad… ahora 40, ahora 60, baja a 50, sube 70… (mph claro) y como te descuides… ¡Zas! ¡Te comes un foto! A día de hoy, aún rezo para que no me llegue ninguna… En cuanto a la ciudad… bueno… para mí un caos, cuesta avanzar y hay pocos carriles.
British Racing Sports Car Club. Un parking histórico.
Llegamos sanos y salvos al circuito. Lo primero que hice al llegar fue darme un paseo por el parking, ya que era lo que estaba más a mano. Tenía ganas de entrar a la zona de boxes si, pero a veces lo que te puedes llegar a encontrar fuera te puede impresionar.
Me tomé esta visita como algo cutural. Mi idea no era ver únicamente coches, si no ver como era el ambiente y como se comportaba la gente. El British Racing Sports Car Club es un evento muy enfocado a clásicos británicos, por lo que el público, en su mayoría, era de avanzada edad (entre ellos se escondían ex-pilotos profesionales)… y aunque no viví en su época, era fácil palpar la nostalgia con la que vivían y apoyaban este evento.
La legendaria marca británica Aston Martin no podía faltar en este recinto, me encontré varios de ellos, como por ejemplo, este Aston Marting DB4 GT Touring de los años 60.
No solo encontré modelos británicos, habían clásicos de todos los rincones del mundo, ¿qué os parece el Dino que adoptó Ferrari? Fue bautizado como un auténtico Ferrari en el 1976, aunque originariamente no lo fue.
Las entrañas del British Racing Sports Car Club.
La zona de boxes era como un museo. Entré a observar como los mecánicos ponían a punto bestias con más de 40 años encima y que lucían como el primer día. En estos momentos es cuando uno recuerda las escasas fotografías o secuencias que existen de estos coches rodando en aquella época, imágenes en blanco y negro y totalmente distorsionadas… No me gusta tocar, le tengo muchísimo respeto a los coches, para mí es una debilidad admirar estas obras de arte y tengo que reconocer que alguna vez se me ha escapado la mano… Cuando existe un sentimiento tan profundo, al palpar con delicadeza alguna de sus características, uno hace un corto pero intenso viaje en el tiempo.
El Trojan T1o1 fue construido para la temporada de Rothmans 5000 de 1973. Este fue concretamente el vehículo que condujo Keith Holland, piloto nacido en Inglaterra en 1935 y con una gran trayectoria a sus espaldas.
Los Trojan T101 venían equipados con motores Cosworth V8 de 465 caballos y tocaban techo a 10500 revoluciones por minuto. El hilo musical que desprendían los escapes Simpson es sin duda uno de los mejores de la historia de la Formula 5000.
Y con su decoración original, nos encontramos este Ford Lotus Cortina, un sport saloon de alto rendimiento producido en el UK por Ford en colaboración con Lotus. Equipaba un motor de 1.557 cc y 106 caballos de potencia, además de compartir la misma caja de cambios del Elan. No tendrá una impresionante línea, pero fue una agradable sorpresa encontrármelo una vez más.
Aunque si tenemos que buscar una buena línea clásica de Ford… muchos se decantarían por el Ford Mustang Hardtop del 65.
A su lado encontramos un TVR Griffith 400 de 1966. Una joya inglesa que no podía faltar en este evento.
Este año era la primera vez que los Classic Clubmans eran invitados a las finales del HSCC en Silverstone. Era la última ronda del campeonato, por lo que los pilotos, entre ellos Mark Charteris, estaban ansiosos por salir a pista y quemar el asfalto con su Mallock Mk20-21.
Me llevé un chasco bastante grande… esperaba poder entrar a los viales en el circuito de Silverstone para hacer fotos, ya que según Andy, me comentó que solían ser de acceso libre. Por desgracia no fue así y tuve que buscar huecos entre kilómetros de valla para enmarcar algún coche.
Cada vez que finalizaba una de las categorías, los asistentes se levantaban eufóricos para animar a sus pilotos… hacía tiempo que no escuchaba gritos desde una grada. Esto es algo que me dejó sin palabras y que me erizaba los pelos de los brazos. ¿Cómo puede ser que haya tanta entrega en UK? ¿de dónde sacan toda esa pasión? … REALMENTE LOS ENVIDIO.
Por poner un ejemplo, no hace mucho que se celebró el Barcelona RX 2016, al que justamente asistieron mis compañeros Álvaro y Rodrigo… Es una verdadera lástima cuando nos contaban que habían gradas prácticamente vacías… ¿Dónde estaba el público? ¿Qué hace España por promover esta cultura? Acabaremos perdiendo lo poco que nos queda…
Para terminar, si me lo permitís, me gustaría dejar constancia de mi descontento con la compañía que alquilé el coche, párrafo que me habría ahorrado si se hubiesen dignado a dar una mejor atención al cliente. El día fue increíble, siempre quise ir al circuito de Silverstone, todo fue bien hasta la devolución del coche… y aquí llegó el problema que tuve yo con la compañía Europcar, la cual, pasado un mes desde que puse la reclamación, no se ha dignado a ponerse en contacto conmigo… Llegué al parking para hacer la devolución del coche. Para mi sorpresa, a las 17:00h ya habían cerrado la oficina… algo que puedo entender, ya que me di cuenta al regresar que lo especificaban en un cartel. ¿Y qué hacemos con las llaves del coche? Esta buena gente deja a tu disposición un buzón para que deposites las llaves en su interior en el caso de que la oficina haya cerrado… Pues bien, mi sorpresa llegó cuando vi que el buzón estaba completamente bloqueado, con la imposibilidad de introducir cualquier objeto en su interior… Por cierto, ¡te cobran aproximadamente 70 euros por dejarlas ahí, por no devolverlas en mano! ¿y ahora qué? Solo se me ocurrió llamar a la compañía para evitar problemas con el coche y el depósito que había hecho en la reserva. La persona que me atendió no tenía ni idea de como gestionar la situación… así que les propuse cerrar el coche con las llaves en el interior del maletero, recibiendo una respuesta de inseguridad por parte de la teleoperadora.
Resumiendo, perdí más de una hora en esta gestión, tiempo de mis vacaciones y 120 euros en una llamada telefónica (roaming… no habían cabinas cerca). De aquí el motivo de mi reclamación, ya que velé por la seguridad de su coche cosa que ya no era mi obligación. Por suerte no me cobraron el dichoso buzón… gracias, fue un verdadero detalle…
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