“Unos buenos frenos hacen que tu coche sea más rápido”. Si, si, lo que leéis, se trata de una verdad absoluta y os explicaré el por qué. Es muy sencillo: cuanto más eficaces sean tus frenos, menos tiempo tendrás que pisar el pedal de freno y más rápido podrás volver a dar gas a fondo. Dicho de otra manera, vas a querer lo mejor que puedas instalar en tu coche.
Así que hoy os traemos una guía para que el camino que os lleve a la frenada perfecta os resulte un poco más fácil, o bien, para aquellos que seáis más novatos en el asunto, os quede todo un poco más claro.
El sistema de frenado. Para mejorar los frenos hay que saber como funcionan
Puede ser difícil de creer, ya que todos sabemos que cada rueda tiene un sistema independiente de frenado, pero todos estos sistemas no son iguales y la mayor parte de la potencia de freno recae sobre las ruedas delanteras, que son capaces de ejercer hasta el 80% del total del esfuerzo que se necesita para frenar.
También cabe recordar que muchos de los coches utilizan un sistema de frenado de tambor en la parte trasera, incluso ahora, por abaratar costes, las marcas han vuelto a esta práctica. Hacer un swap y convertir los frenos de tambor en frenos de disco trae consigo en muchos de los casos unos quebraderos de cabeza de los cuales os aconsejamos que huyáis, sobre todo si se trata de sistemas más actuales. Pero como hemos dicho antes, casi toda la potencia necesaria para frenar esta en las ruedas delanteras, así que estamos de suerte.
Dentro del sistema de frenado nos encontramos 3 partes diferenciadas: El conjunto de la pinza, el disco de freno y las pastillas. Todos ellos trabajan en una completa armonía para que cuando pisemos el pedal de freno, el coche se detenga.
El funcionamiento es bastante básico. Cuando pisamos el pedal, el fluido que recorre el sistema de frenos es empujado a alta presión hacia la pinza que será de uno o varios pistones. En ese momento, los pistones que están apoyados en las pastillas, empujan a estas hacia la superficie del disco. La fricción que se produce con este movimiento es lo que realmente frena el vehículo y finalmente lo detiene. ¿Lo habéis entendido?
Una vez que conocemos el funcionamiento básico del conjunto del sistema, vamos a ir un poco más allá y desglosaremos cada componente para saber donde se pueden mejorar los frenos.
Pinzas de freno. ¿Fijas o flotantes?
Se puede decir que hay dos grandes grupos de pinzas de freno, las fijas y las flotantes, estas últimas son las más comunes. Empezaremos con las de tipo fijo.
Como su propio nombre indica, las pinzas fijas no se mueven en relación con el disco, sino que usan uno o más pistones opuestos para apretar la pastilla contra el disco. Como norma general, este tipo de sistemas solo se emplea en coches de altas prestaciones y son las que podréis encontrar en muchos de los kit aftermarket que se venden para mejorar la frenada. Como dato, os podemos decir que el Bugatti Veyron utiliza unas pinzas de 8 pistones, es decir, 4 para cada pastilla colocados de forma opuesta. Pero en el mercado, existen sistemas que llegan a utilizar hasta 16 pistones por pinza, ¡Una locura!
En cambio, en el sistema flotante, se divide en dos partes. El cuerpo de la pinza está diseñado para moverse. En un sistema de un solo pistón, que va montado en la parte posterior del disco, lo que ocurre es que al apretar el pedal de freno, el pistón empuja la pastilla de freno interior contra el disco y luego con el mismo movimiento “tira” del cuerpo de la pinza acercando la pastilla externa al disco para que ambas estén en contacto. Es muy simple, pero muy eficaz.
Ahora que conocemos los dos tipos de funcionamiento de las pinzas, vamos a pasar a lo que realmente ocupa este artículo, como mejorarlos. Y estas mejoras se dividen en dos categorías: reemplazo directo de todo el sistema o conversiones del sistema actual.
Lo más común, y por lo general, lo que tiene un coste menor, es la instalación de unos discos y unas pastillas que mejoren el rendimiento del sistema que ya tenemos. Estos serán de mejor material y del mismo tamaño y forma que los originales, por lo que su instalación será realmente fácil.
En cuanto a las conversiones, puede ser un poco más complicado y sobre todo costoso, ya que podemos empezar por la actualización de los sistemas OEM, donde utilizaremos normalmente un donante de nuestro modelo que lleve unos frenos de mejor rendimiento, como por ejemplo pudiera ser la instalación de los frenos de un Ford Fiesta ST en uno que no lo es. Pero también, tenemos la otra opción, que es la instalación de un kit de frenos completamente nuevo con enormes pinzas, grandes discos y todos los adornos que queramos, eso sí, a un coste bastante superior.
En resumen, el concepto es bastante simple y en este caso el tamaño sí importa, porque unos discos y pinzas más grandes no solo quedan mucho mejor a los ojos de quien los mira, sino que también nos ofrecen una potencia de frenado mucho mayor.
Ale Martinez bit late though