Normalmente Porsche se asocia al mítico 911, “el coche” para muchos. No podemos por supuesto olvidarnos de los triunfos cosechados por la marca Germana fuera de la producción de automóviles en serie. Porsche ha corrido en Le Mans desde 1951, y desde entonces ha cosechado 17 victorias con coches muy punteros como el 917, el 956 etcétera. En este post veréis dos Porsche de Le Mans que en su día corrieron en esta mítica prueba. ¿Queréis verlos? ¡Adelante!
Los Porsche de Le Mans anteriores a los 90 siguen siendo idolatrados
Las nuevas generaciones de coches de competición han dado lugar a tecnologías muy avanzadas como el KERS, las mecánicas híbridas síncronas a un motor de combustión endotérmico… La mayoría opinarán como yo: Nada que ver la época que estamos viviendo en competiciones del mundo del motor a lo que vivimos por ejemplo de 2005 para atrás. Quizás, el cambio más resonado es el de los propulsores de Fórmula 1, haciendo un “downsizing” que fue V12 – V10 – V8 a los actuales 1.6 Turboalimentados, que personalmente, dejan mucho que desear. Con el resto de competiciones ha ido pasando lo mismo en mayor o menor escala. Los coches de Le Mans siguen siendo radicales, pero, ¿Qué hay de aquellos gigantes como el 917K, o el Peugeot 905, o el radical Mazda 787B? no os preocupéis poneros cómodos que reviviréis épocas pasadas con muy buen sabor de boca gracias a estos dos Porsche de Le Mans.
Porsche 906/10. Bóxer, air-cooled, atmosférico y con 200cv.
También conocido como 910, fue la evolución del Porsche 906 de 1966. Hasta entonces, el 906 era un coche “street legal” es decir, apto para circular por la calle, pero las cosas cambiaron cuando a mediados del 66 Porsche decidió fabricar el nuevo Porsche 910 al cual incorporaron mono-tuerca central en cada una de sus ruedas y llantas de 13 pulgadas, similares a los de los Fórmula 1 de la época.
Éste no fue uno de los Porsche de Le Mans que más triunfaron. Pese a ello, los resultados en los 1000km de Nürburgring con el 910 de 6 cilindros fueron bestiales (todo lo contrario que los 910 con motor de 8 cilindros). De esa manera, estos “pequeñines” dieron el triunfo absoluto de constructores en esa prueba para Porsche.
El 910 es un coche pequeño. A penas levanta 0’98 m del suelo, pero tiene un ancho de 1’68 m y un largo de 4’11 m, lo cual hace que sea un coche por naturaleza con un centro de gravedad muy bajo. Al igual que pasaba en el Ford GT40 (Coche con el que por cierto el 906/10 de 8 cilindros compartió categoría) el piloto no podía ser muy alto ya que el coche no sería ergonómico para él, a pesar de tener un hueco para sacar el casco sobre la cúpula.
Este coche está valorado en un millón de euros, y no es para menos viendo si excelente estado de conservación y de funcionamiento. A todo esto… ¿Sus colores no te recuerdan un poco a la mítica decoración Gulf?
Es increíble como hace medio siglo prácticamente, hacían máquinas como esta para competir. Máquinas que a día de hoy siguen siendo rápidas a pesar de sus años, con una ingeniería detrás de su fabricación brutal. Todo estaba pensado, coeficiente aerodinámico, mejoras aerodinámicas, motorizaciones compactas y potentes…
Una oportunidad única de ver coches de este estilo. Coches que normalmente suelen estar en un museo, o en el salón de cualquier mansión como elemento decorativo. Para eso tengo una frase que muchos conoceréis y es la de: “No hay nada más triste que ver a una bestia enjaulada”.
Un coche por el que han pasado los años, pero que han conservado y mantenido como se suele decir: “Como oro en paño”. Podría decirse que fue el primer Porsche pensado única y exclusivamente para competir, ya que fue un modelo que no conoció vida fuera de ningún circuito.
Porsche 962. Objetivo: IMSA y Grupo C
Todo ocurrió antes de las 24h de Daytona de 1984. Porsche había estado intentando ingeniar un sucesor digno para el 956, un prototipo espectacular con un peso en vacío de unos 830kg y una potencia de unos 630 cv gracias a su propulsor de 6 cilindros horizontalmente opuestos y turboalimentado de 2.7 L. El 962 obtuvo una mejora muy importante: Un segundo turbocompresor en todas las variantes de motor que se utilizaron (2.8, 3.0 y 3.2 L). Las dos variantes más destacadas del 962 eran el “Tipo Le Mans” y el “Tipo Grupo C” (de estos últimos vimos alguno en el anterior Espíritu de Montjuic celebrado en Montmeló).
La diferencia entre estos dos modelos es visible. El “tipo Le Mans” le denominaban “Long Tail” y el “tipo Grupo C” lo denominaban “Short Tail“. Como habréis podido observar este Porsche 962 es un Grupo C al no tener el alerón largo. Más allá de las diferencias visuales y debido a las restricciones reglamentarias de la IMSA, construyeron el tipo Le Mans, que tenía los pedales por detrás del eje delantero como medida de seguridad.
El interior es espectacular. La posición de conducción a la derecha, con una palanca de cambios muy cercana al volante y en el lado derecho es perfecta para poder rodar a una media de 250 km/h gracias a las largas rectas del Circuito de La Sarthe.
¿Verlo en acción? Algo que personalmente puedo definir con una palabra extraída del inglés: “Soundgasm“. Traducido literalmente sería algo como: Orgasmo auditivo. Ver este Porsche de Le Mans venir atronando por la recta anterior a la curva de “La Caixa”, oírlo bajar dos marchas y que tus ojos se claven en su escape lateral por el fogonazo de medio metro que sale de él, no tiene precio.
Si puedo daros un consejo de forma personal: No os perdáis eventos donde pueden haber estos coches. Puede ser una de las pocas veces en la vida que los veáis en pista (a no ser que seáis un asiduo al GoodWood FOS o festivales de ese estilo).
Estos coches suelen salir de sus garajes a cuentagotas y probablemente la próxima oportunidad de verlos sea para el Espíritu de Montjuic 2016 en el Circuito de Barcelona-Catalunya. ¿Sabiendo esto, os lo perderéis?
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