Siguiendo con el hilo de que cada vez me están gustando más los clásicos, hoy os quiero hablar del magnífico Porsche 964. Un clásico que más de un fanático del motor tendría como amante en su garaje.
El Porsche 964. Una obra de arte que sigue despertando almas.
Todos los 911, unos más y otros menos, despiertan en el espectador ese sentimiento del “yo quiero”. Tienen una linea que enamora. Pero el Porsche 964, siendo la tercera generación de los 911, tiene algo más.
Benjamin Dimson se encargó de diseñar esa estética atemporal que hoy en día sigue pareciéndonos moderna. Hay que pensar que se trata de un vehículo que se fabricó desde 1988 hasta el 1993 (como predecesor de los 930) y aún así hay gente que cuando se habla de un 911 solo le viene este modelo a la cabeza.
Cierto es que si lo comparamos con los 930 de Porsche, su antecesor, el Porsche 964 no es que tuviese una estética exageradamente diferente. Pero algo que realmente lo distancia el uno del otro son los parachoques. Los 930 tenían una forma algo diferentes y en vez de ser únicamente de poliuretano contenían metal, típico de los vehículos de aquella época. Los del Porsche 964 estaban integrados.
Sin lugar a duda, algo que realmente destacaba de su aspecto externo era su alerón retráctil, que a los 80km/h se extendía en su totalidad para aumentar la carga aerodinámica sobre el eje trasero además de refrigerar el motor. También uno tenía y tiene, la opción de elevar el alerón de forma manual con un control que hay en el salpicadero.
Hay que tener en cuenta que el 85% de las piezas eran diferentes, siendo por ejemplo, la primera generación de 911 que ofreció al cliente la opción de adquirir la caja de cambios automática Tiptronic además de poder escoger la tracción a las cuatro ruedas (Carrera 4).
En las versiones Carrera y Carrera 4 el motor bóxer, de 3.6 litros y refrigerado por aire, desarrollaba 250 cv de potencia y 310 Nm de fuerza a 4800 rpm, casi igual que las versiones RS que desarollaban 260 cv de potencia y 312 Nm de fuerza a 4800 rpm. pero lo que hacía destacable a esta versión era la dieta a la que había estado sometida, siendo la versión más ligera del Porsche 964.
El podio se lo llevaban los Turbo, con 320 cv de potencia y 450 Nm de fuerza a 4500 rpm, y los Turbo S con 376 cv y 471 Nm de fuerza a 5000 rpm, ambos motores que cubicaban 3.3 litros.
Como veis, la gente suele cuidar mucho este modelo. Un amante que posee un 964 tiene claro lo que quiere. En este caso, el color es atrevido pero en mi opinión es espectacular.
Y la combinación con las llantas al estilo BBS LM en antracita le da esa elegancia digna de un Porsche. Puede que yo hubiese puesto otras llantas de menor diámetro y con mayor garganta, pero estas quedan acordes al modelo.
Y con detalles del interior como el volante Momo, pude corroborar que el propietario tenía buen gusto. Nada de sobrecargar el coche. Detalles sencillos y tan pulidos como la carrocería de este Porsche 964.
Os dejo con esta postal de un cachorro que nos vino a saludar mientras trabajábamos 😉
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