8a Edición Nissan Racing Club: Un paraíso para los Nissan

¡Familia! Gracias a vosotros hemos podido volver a salir de nuestra comunidad autónoma, para poder deleitaros con el reportaje de otro evento enorme en un mundo que nos apasiona y y del que disfrutamos como niños, el mundo del motor. Esta vez, sumándose a nuestros viajes reportados en Fresh Imports os traemos la Octava edición de la concentración anual del Nissan Racing Club, que se celebró en el Circuito de Ricardo Tormo de Cheste, en Valencia.

Una vez preparado todo el material y equipaje, concertamos un punto de encuentro para reunirnos con uno de nuestros freshers, propietario de un espectacular 370z, para partir hacia Valencia.

Decidimos marchar sobre las 15:30 h debido a que habíamos quedado con el propietario del otro V3 en Valencia para hacer un reportaje fotográfico exclusivo, donde 3 z’s especiales marcarían una estampa única. Estas fotografías os las publicaremos en otro post para no mezclar conceptos.

Como es obvio, hicimos una parada para estirar las piernas y dar de comer a los Nissan. Tal y como hemos comentado, de las 19:00 a las 22:30 estuvimos haciendo el reportaje fotográfico y después de dar alguna vuelta mas que otra, llegamos al Hotel sobre las 23:15 horas encontrándonos esta obra de arte en la puerta acompañado de un pariente cercano, tal y como podéis observar en la fotografía.

¡Te das cuenta de que va a ser un buen día cuando el despertador es el rugir de un VR38DETT que te hace saltar de la cama!

Con este buen comienzo nos dirigimos al circuito. Una vez dentro, pensando que se trataba de un evento monomarca, nos sorprendió observar que había variedad de otras, pudiendo ver de este modo un magnífico y exotico Ferrari 458 Speciale, el cual nos sorprendió ver en acción antes de su comercialización.

Entre muchos también apareció este reluciente Ford Focus RS, el famoso WRC de calle que sacaron FWD aunque con un buen autoblocante.

También contamos con la presencia de algún Boxer, a simple vista nos pareció un Porsche GT3 RS 4.0.

Para acceder a la recta era prácticamente obligado atravesar algunos de los boxes, siendo imposible para nosotros no poder pararnos a ojear las máquinas que en breves accederían a pista.