Alvaro Arroyo
El M5 solo verlo de frente vemos la anchura de los neumáticos delanteros, y a medida que lo vemos oblicuo la de los traseros, unos zapatos de 285mm de ancho. Los discos son prácticamente ensaladeras, capaces de hacerte besar la luna delantera tras un frenazo, pues parar 1830kg no es tarea fácil, y más si hacemos uso de los 507cv después de pulsar el boton “M”.
El cambio también es secuencial, pero es una nueva evolución, el SMGIII, algo más rápido pero igual de brusco. Al entrar en el vehículo encontramos lujo por cada recoveco, asientos de cuero con todos los extras posibles, eléctricos, calefactados etc. Además de un ordenador de abordo que nos informa de todas y cada una de las estrategias de funcionamiento tanto de confort como de motor.
El sonido del motor, es celestial de serie, aunque con 4 cilindros más que el M3, no se diferencia mucho, tal vez la pega en el M5 sea un sistema de escape “no tan deportivo”.
Como conclusión, el M3 es el coche perfecto para coger el domingo y salir a hacer unas curvas, ya que su espíritu deportivo y su desarrollo de BMW Motorsport en los circuitos lo hacen ser un coche con ese carácter alemán tan DTM, mientras que el M5 es un coche que puede usarse a diario si dispones de un bolsillo que te permita unos consumos de alrededor de 16L/100km en combinado conduciendo como una persona sensata. Después de toda la información, ¿con cual os quedáis? Nosotros os damos una pista de nuestra elección… Que acabéis de pasar un buen Lunes.
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