Una montaña, un fresher y un 350Z: Rumbo a Tavertet

Acaba de empezar Noviembre, y aunque ha tardado, parece que empieza a llegar el frío… En parte eso es bueno para no coger un sobrecalentamiento del motor cuando nos da por exprimir un poco el coche, así que después de estar muchos días encerrado en casa por trabajo, decidí que ya iba siendo hora de desfogarme un poco. Así que me largué a dar una vuelta de 100 kilómetros, rumbo a Tavertet, un pequeño pueblo catalán en la cima de una montaña repleta de curvas en busca del desayuno perfecto.

100km quizás no es mucho en linea recta por una autopista. El tramo de curvas hasta llegar al pueblo de Tavertet es bastante largo pero a la vez espectacular. En estas fechas apenas hay movimiento en la carretera por lo que el único sonido que rompía la quietud del ambiente fue el del mismo motor V6 del Nissan (totalmente placentero).

A veces es bueno ir solo, nadie te obliga a ir más rápido o más lento que nadie, por que llevas tu propio ritmo. La humedad empezó a caer hasta tal punto que las copas de los arboles más altos no se dejaban ver. Por lo que decidimos aprovechar tal escenario para hacer algunas fotografías en plena carretera.

Por suerte, llegamos al pueblo antes de que toda la neblina cayera sobre nosotros… Así que sin darle ya importancia, comenzamos a degustar un buen surtido de embutidos acompañados de pan con tomate, típico plato catalán para desayunar.

Al terminar decidí asomarme a una pequeña ventana del hostal, desde donde podía vigilar perfectamente el coche y comprobar si la niebla había desaparecido para continuar el camino.